domingo, 23 de septiembre de 2012

Multitud

Estábamos entre la multitud. Sabíamos que tarde o temprano la calma se iría, pero vos lo sabías mejor que yo.
Yo estaba fumando, ya estaba mareada, no sabía que hacer, y me pasaba los tediosos minutos de impaciencia echando humo por la boca y mirando cómo los de mi alrededor lo absorbían.
Vos lo sabías mejor que yo,
quedate atrás mio
Me dijiste.
Cada palabra tuya intentando cuidarme son, una y otra vez en el recuerdo, lo mejor que pudo pasarme en la vida. Para alguien que no está acostumbrada a ostentar protección en alguien, es el regalo más maravilloso de una casualidad de haberte encontrado.
Todo comenzó, tumultoso y confuso, una dulce tortura entre la gente, una tierna melodía de escucharte cantar también, de ahogar mi voz entre tantas otras. De escucharte gritar esas canciones que te las canté mil veces en mis más profundos silencios. Me preguntaste si estaba bien, te dije que sí y seguí en lo mío. Pensaste que no estaba interesada, que tu pregunta no me importó. Lejos de todo lo que pudo haber ocurrido esa noche, mi mejor recuerdo sos vos. Viajamos tanto para verlos, y tenerte a mi lado es más satisfactorio que el haber cumplido un sueño.
Apenas comenzó a desconcentrarse la gente, me tomaste de la mano y me llevaste a un lugar calmado entre tanto alboroto, algo difícil de hallar. Yo estaba tan feliz, que no recuerdo qué te dije, recuerdo que G se quejó porque me abrazó y yo estaba completamente sudada, recuerdo que me dijiste algo referido a que al fin se nos cumplió. Y que me sonreíste. Ahi olvidé el resto. Entonces hubo un silencio, nos miramos, me miraste, nos reímos porque estabamos despeinados y con la ropa empapada, y asfónicos, por si fuera poco. Entonces nos abrazamos, y cerré los ojos. Cuando los abrí vi pasar a E. Cuando los volví a abrir bien, ya no estaban. Sentiste que algo me desconectó de los latidos en tu pecho. Lo sé porque yo sentí lo mismo, y sos una incansable máquina de repetirme antes de que yo lo hiciese. Volviste a preguntarme si estaba bien, y te dije que si. Pero no me creíste.
D, deberías saber cuánto extraño verte ahora.

No hay comentarios:

Publicar un comentario